sábado, 7 de febrero de 2015

Al paraíso de tus brazos (déjame entrar)

Ahora que todo se desmorona, dime cómo debo hacer para quitar esta presión del pecho,  como evitar que duela.
Dime qué debo hacer para no bañar la casa en lágrimas,  para no contagiarle a él la tristeza.
Porque si tú ya no me quieres, ya nada tiene sentido.  Siento como se va mi vida con el amor que me has robado,  siento que mi corazón deja de latir por momentos.
Dime que hago con las mariposas que aún revolotean en mi estómago, como las freno, porque su cosquilleo me hiere en lo más profundo.  Dime como me saco las astillas de éste amor, qué debo hacer para no recordar todos los momentos vividos. Llenamos de alegría la casa, y ahora todos esos recuerdos vienen a mi mente, haciendo que me devore la tristeza.
Todo huele a tí, a tus besos,  tus abrazos, tus caricias, tus palabras, tus miradas... ¿Qué hago para olvidarlo? 
De nada me sirven las distracciones que me busque, vuelves a mi mente, los recuerdos de los chascarrillos,  los chistes,  las canciones,  las conversaciones,  los besos, los abrazos, los te amo,  todo vuelve, y las lágrimas ruedan por mis mejillas sin que pueda evitarlo.
Vuelve a mí, por favor, dime que aún me quieres, dime que sigo siendo la princesa de tus sueños, perdona mis errores, y déjame entrar para siempre al paraíso de tus brazos, al del hueco de tu cuello, de donde no debí salir jamás. 
Te amo,  por y para siempre.

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